Antes que nada, quisiera disculparme por la ausencia prolongada de estas letras y escritos, pero algunos de ustedes saben los motivos por los cuales me alejé del blog. Volví...como lo hizo “Bolillo”.Desde que se le dio la responsabilidad a Eduardo Lara de dirigir la selección Colombia de mayores luego de derrota contra Chile en las eliminatorias pasadas, se preveía que la decisión tomada por la Federación Colombiana de Fútbol fue algo que tenía como fin resolver el problema de forma rápida y sin complicaciones. Posteriormente la obligación de Lara se volvió permanente, luego de que la selección mostrara un buen fútbol en los siguientes tres partidos, pero sin obtener los resultados deseados. Desde ahí empecé a notar un total desinterés y flojera por parte de la federación, que pareciera que todo lo hicieran con la mayor indiferencia posible. Además, Lara no se podía negar al llamado por parte de la federación, ya que el es empleado de la misma y eso implicaría perder todo tipo de responsabilidad con las divisiones inferiores de los seleccionados nacionales. Se evitaron la tediosa tarea de realizar una búsqueda concienzuda y seria, con el fin de evitar empezar procesos a mitad de camino en las eliminatorias.
Posteriormente quedamos eliminados del mundial de Sudáfrica 2010, y las dudas y preguntas por parte de toda la población colombiana, giraban en torno a quién debería ser el nuevo técnico de la selección, luego de haber fracasado, otra vez, en el intento de jugar una nueva copa del mundo. Y la espera por conocer dicha persona fue larga, ya que se suponía que no dirían el nombre del nuevo técnico hasta no haber elegido la nueva junta directiva de la federación. No fue hasta el pasado marzo, cuando se reeligió al presidente de la federación Luis Bedoya, que se empezaron a tener en cuenta nombres para suceder a Eduardo Lara como D.T. del equipo de mayores. Todos en el país tenían sus “candidatos” (ojo que estoy hablando en plural) para el reemplazo de Lara, menos los señores de la junta directiva de la Federación. Todos pensábamos que los máximos jefes tendrían varios candidatos, para poder así evaluar opciones de una forma más coherente, y así poder escoger a la persona indicada para llevar a la selección colombiana, nuevamente, a una copa de mundo. Sin embargo, todos nos equivocamos, y desde que se nombró al señor Francisco Maturana como “manager” deportivo de la selección Colombia, se tuvo en cuenta sólo un nombre para tomar el cargo, lo cual alude a la falta de seriedad y transparencia con la que se llevó a cabo todo este proceso de escoger al nuevo entrenador de la selección.
La escogencia y el nombramiento del técnico, ya se realizaron. No hay marcha atrás. El hombre seleccionado es Hernán Darío Gómez, y eso lo vamos a tener que aceptar.
No obstante, en sí no me desagrada la idea de que “Bolillo” sea el nuevo director técnico de la selección. Es un tipo que ha mostrado buenas capacidades, y eso es difícil de refutar. Pocas personas como él saben lo que es llevar a Colombia a un mundial de fútbol. Ha demostrado que es un gran motivador, y que es un ganador, sin importar lo que haya pasado en sus últimas experiencias como técnico dirigiendo a la selección de Guatemala y a Independiente Santa Fe. Ha hecho parte de los triunfos más grandes del fútbol colombiano, como lo son las selecciones colombianas de mayores en la década de los 90, y aquel Atlético Nacional campeón de la libertadores de 1989. Yo no cuestiono a la persona que fue nombrada como director técnico, sino que repudio la forma cómo se hizo. Asimismo, también rechazo las incompetencias por parte del comité ejecutivo de la federación, en cuanto a la parte deportiva se refiere, ya que han demostrado ser buenos administradores.
Por otro lado, pienso que la escogencia de Leonel Álvarez como asistente técnico, es un gran acierto, ya que es una persona con ideas nuevas acerca del aspecto táctico del juego, y también porque es una persona ganadora y con muy buena trayectoria como jugador, principalmente en la selección.
Ya el técnico está escogido. Ya se escogió a la persona encargada de liderar a la selección para poder llegar a Brasil en el 2014 con el objetivo de, después de tantos años, poder al fin jugar nuevamente una copa del mundo de la FIFA. Y aunque me parezca que otras personas eran las más indicadas para tener esa misión, lo cierto es que Hernán Darío Gómez tiene razón al decir que esto se debe hacer con el apoyo de todos, como una familia. Esperemos que por fin podamos volver a disfrutar de ver jugar a la selección Colombia de fútbol de mayores en la edición de Brasil 2014. Ojalá que no le salga el tiro por la culata a la federación, y que por alguna vez, hayan tenido razón en cuanto a lo deportivo. Volvió “Bolillo”, y volvieron otros a hacer lo que acostumbraban. ¡Y se me olvidaba!, espero que nombren a Barranquilla como sede para las próximas eliminatorias... ¿será que sí la escogen?
